jueves, 6 de junio de 2013

Nada es eterno en la vida

Eugenio Miltorres  (periodista)

Todo colombiano que se respete cuenta en su árbol Genealógico o más bien en su arbolito de “Matarratón Geneailógico”, con por lo menos algún bisabuelo Español, a más del pariente Afro o Nativo Americano, lo cual es de Perogrullo, pero resulta, sucede y pasa que las tres vertientes de la raza Patria , hacen que el lienzo dérmico sea un arcoíris asincrónico a la mentalidad cromosomal derivada de cada etnia ,pero lo ancestral sanguinario prima por sobre lo espiritual adquirido.
Por lo anterior es lógico que “todos “ tengamos en la genética, algún “gustico” por las corridas
de toros, herencia de la sangre Ibérica, que conlleva en mayor o menor escala la pasión que algunas veces es fanatismo atávico, que prioriza el Arte de Cúchares ante las demás obligaciones sociales y familiares.
De mi parte traté de ser un aficionado integral y a la par de gozar con la faena en un coso taurino, aprendí la diferencia entre un eral , un novillo y un “mama de toro”; también cual es el toro meano o bragado; cual es corniveleto, astifino, cornalón o bizco, también para que servía el capote y la muleta, la banderilla y la espada, y desde luego, quien era el matador y quienes su cuadrilla, a mas de investigar de la vida y milagros de muchos toreros vivos o muertos.
En la Monumental Plaza de Toros Cartagena de Indias, muchas fueron las tardes alegres que disfruté en compañía de familiares y amigos.Al sonar timbales y clarines y se daba inicio al Paseíllo con la majestuosidad caracteristica, los vítores llenaban el aire de alegría al salir por la puerta  los toreros y sus cuadrillas .Todavía retumba en mis oídos la ovación descomunal a Cesar Rincón, cuando regresó por primera vez triunfante de España y en esos momentos de efervescencia y calor, uno verdaderamente no se cambia por nadie.
En el ardor infernal de la plaza al iniciar la faena, el 70 % del público ya tenía por lo menos su par de “petacazos” y al salir el primer astado por "la puerta de los sustos", la algarabía era ensordecedora cuando este, con furia asesina correteaba sin rumbo fijo y embestía a los burladeros sacándoles astillas, y al salir el matador citando con el Capote, los alientos se contenían y ante el menor traspié, las damas mas impresionables soltaban algún agudo chillido, festejado por la gente con burlas, y cuando el Torero se acomodaba en su traje de luces, no faltaba algún achispado observador que decía “para ser torero verdaderamente hay que tener los cojones bien puestos y bien grandes”.
Ya cuando se cuajaba la faena y sonaban los Pasodobles, era casi la gloria en la tierra, sobre todo cuando se eternizaban los segundos en un Natural bien templado y el ooolee, ooolee retumbaba en la plaza y la sangre  hervia en las venas,  ya de por si caliente por el sol canicular y el licor. Mas el tiempo se iba volando y al concluir el espectaculo,las caras reflejaban lo buena o mala  de la corrida ,pero yo siempre al regresar a mi casa, efecto de los Tres Esquinazos con Manzanilla,sacaba mi pañuelo y le daba “naturales” ,"derechazos" y hasta “trincherazos” a mi perro Sinchi y mi vieja Grise se sonreía y los vecinos aplaudían “la faena “.
En la costa Caribe de Colombia se da una variedad bucólica de la fiesta brava citadina, la cual es “la Corraleja” ,en un principio patrocinada por los gamonales, que en las efemérides de Santos Patronos, querían “echársela” luciendo sus galas y haciendo ostentación de su poderío económico y el pueblo expoliado 360 días, ante la promesa de ron y billetes gratis, haciendo quites y pases ante la muerte representada en los cachos de un toro furioso, divertía a la concurrencia sentada en un palco de madera.
La fiesta en corraleja, tildada por muchos, como una gran salvajada y vaya si lo es, también es realidad innegable de un escape al tedio, al trabajo extenuante y mal remunerado de nuestros campesinos, reafirmación del machismo y exteriorización de los bajos instintos que todos tenemos y también es un modus vivendi, ya que muchos obtienen en la explosión comercial que toda fiesta conlleva, algunos buenos pesos para suplir sus necesidades.
Siempre la Corraleja se ha convertido en caballito de batalla para denostar del hombre caribeño conjuntamente a la acusación que generaliza la zoofilia asnal, todo por parte de detractores gratuitos y siempre alguno no saciado en su resentimiento trata de echarle sal a la herida, como el apunte de un "genio" que en las fiesta de corraleja se cambia a “la burra por la herida”.
Nada es eterno en la vida y mi afición a los toros que se apagaba lentamente, recibió el puntillazo por parte de mi hijo Sergio, quien al verme disfrutar por televisión de una corrida de toros, me dice,-¿Que ves? ¡Eso no es arte ni cultura, es tortura, es maltrato animal! .Luego como con  un crucifijo que exorciza mi demonio taurino, me apuntó con  un llavero que hacía alusión a la frase de marras, y hasta ahí llegue yo en la fiesta brava.
El mundo entero está haciendo conciencia de la justicia y se levantan oleadas de personas que exigen sus derechos a la par que requieren se respeten los derechos de los animales, el NO a la fiesta Brava, cada día enfila más adeptos, ya en España, el Parlamento autónomo de Cataluña ha abolido las corridas de toros, ejemplo que están por seguir otras ciudades, y ya en Colombia el Alcalde Mayor de la Ciudad Capital, Gustavo Petro Urrego, picó en punta afirmando que su gobierno no patrocinará con recursos económicos la fiesta brava Bogotana, una manera de quitarle oxigeno a la afición cada vez más pequeña y en el futuro no lejano legislar la prohibición de las corridas.
La afición a las corridas de toros es cuestión de gustos y de evolución del pensamiento, es cuestión de ser capaz de entender que todo ser vivo sufre cuando se le agrede y que carece de presentación exigir derechos cuando se les niegan a otros aunque sean unos cuadrúpedos astados.
De mi parte: No a las corridas de toros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario