sábado, 30 de agosto de 2014

Damián López fue torero forcado durante el año 2012. Perteneció al grupo de forcados amadores de Puebla y dejó de serlo cuando en una ocasión después de una corrida de toros que se realizó en Mangas, Hidalgo, Damián se dirigió a la parte trasera de la plaza y fue allí que vio a un toro agonizando, se le quedó viendo y se acercó para acariciarlo, fue entonces que percibió que el toro lloraba de dolor.
Damián es un claro ejemplo de que el cambio es posible. Se requiere de un espíritu valiente para dejar atrás prácticas tóxicas y dañinas que sólo generan violencia. Hoy en día este joven trabaja para pagar sus estudios universitarios.
¡Aplaudimos que Damián López haya elegido el camino correcto!

2 comentarios:

  1. Al fin alguien con corazón en la plaza...que ve la crueldad..eres el mejor tus hijos estarán orgullosos de ti...no todo vale por dinero.
    Ojala halla más como tú..o uno en la plaza que grite..basta ya...esto no es humano..el toro sufre un horror...

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  2. Rectificar es de sabios y valientes, el toro sufre igual que si a vosotros nos hicieran esa salvajada

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